El 13 de agosto de 1961 marcó un hito en la historia de Alemania, cuando se erigió el Muro de Berlín separando Alemania Oriental de Occidental. Lo que comenzó como alambradas y púas, pronto se convirtió en una imponente barrera de hormigón que dividía a familias y al mundo en dos. Varios valientes intentaron cruzar el muro a lo largo de los años. Heinz Meixner, un tornero, logró pasar por debajo de una barrera en un convertible modificado con su novia y suegra escondidas en el baúl. Horst Klein, un acróbata, se deslizó entre edificios colgando de un cable. Sin embargo, no todos tuvieron éxito. Gunter Litfin, un sastre de 25 años, fue abatido por un guardia mientras intentaba cruzar, siendo falsamente difamado por las autoridades. Helmut Klopfleisch, hincha del Hertha Berlin que vivía en Alemania Oriental, se vio separado de su equipo cuando el estadio quedó del lado occidental del muro. A pesar de la distancia, Klopfleisch y otros seguidores se reunían cerca del muro para escuchar los partidos y alentar al equipo. Cuando el Hertha se mudó al otro extremo de Berlín Occidental, Klopfleisch organizó un club clandestino para mantener viva la pasión futbolística. Tras la caída del muro en 1989, Klopfleisch finalmente pudo ver al Hertha en acción. Emigró al oeste y presenció un partido lleno de emoción con otros hinchas que habían esperado décadas para volver a la cancha. La unidad alemana se reflejaba en las gradas mientras celebraban juntos el regreso del equipo. Fuente: Olé Deporte Internacional
El 13 de agosto de 1961 marcó un hito en la historia de Alemania, cuando se erigió el Muro de Berlín separando Alemania Oriental de Occidental. Lo que comenzó como alambradas y púas, pronto se convirtió en una imponente barrera de hormigón que dividía a familias y al mundo en dos. Varios valientes intentaron cruzar el muro a lo largo de los años. Heinz Meixner, un tornero, logró pasar por debajo de una barrera en un convertible modificado con su novia y suegra escondidas en el baúl. Horst Klein, un acróbata, se deslizó entre edificios colgando de un cable. Sin embargo, no todos tuvieron éxito. Gunter Litfin, un sastre de 25 años, fue abatido por un guardia mientras intentaba cruzar, siendo falsamente difamado por las autoridades. Helmut Klopfleisch, hincha del Hertha Berlin que vivía en Alemania Oriental, se vio separado de su equipo cuando el estadio quedó del lado occidental del muro. A pesar de la distancia, Klopfleisch y otros seguidores se reunían cerca del muro para escuchar los partidos y alentar al equipo. Cuando el Hertha se mudó al otro extremo de Berlín Occidental, Klopfleisch organizó un club clandestino para mantener viva la pasión futbolística. Tras la caída del muro en 1989, Klopfleisch finalmente pudo ver al Hertha en acción. Emigró al oeste y presenció un partido lleno de emoción con otros hinchas que habían esperado décadas para volver a la cancha. La unidad alemana se reflejaba en las gradas mientras celebraban juntos el regreso del equipo. Fuente: Olé Deporte Internacional