Kevin Maureira: de futbolista a campeón internacional de taekwondo
Kevin Maureira descubrió el taekwondo de manera fortuita a los 10 años, mientras entrenaba fútbol en el Colegio Mayor Tobalaba. Al percatarse de que algunos compañeros practicaban artes marciales en una sala contigua, su curiosidad se convirtió en fascinación y decidió probar. Lo que comenzó como una simple inquietud se transformó en una vocación: en 2024 logró el primer lugar en el Torneo Panamericano ATA/Bekho en la categoría de Armas Tradicionales, y recientemente obtuvo el vicecampeonato continental en Curitiba, Brasil.
“Un día decidí intentar, y aunque al principio lo veía como algo secundario, terminó transformándose en una parte esencial de mi vida”, relata Kevin.
A pesar de destacar tanto en taekwondo a nivel nacional e internacional, Kevin no ha abandonado su pasión por el fútbol. A sus 17 años, continúa desempeñándose como delantero en su colegio, donde ha destacado como goleador y mejor jugador.
El joven encuentra similitudes entre ambos deportes: “Son disciplinas que exigen mucho esfuerzo físico, concentración y fortaleza mental”, explica. “También implican una gran responsabilidad: en el fútbol, el delantero dispone de pocas oportunidades y debe aprovecharlas para marcar; en el taekwondo, la fórmula se ejecuta en cuestión de segundos, y cualquier error puede costar el resultado”.
En su más reciente desafío internacional en Brasil, Kevin demostró la misma exigencia física y mental que lo ha caracterizado. Tras años de entrenamiento y disciplina, viajó decidido a dejarlo todo sobre el tatami. “El significado de mi último logro en Brasil fue muy profundo —retoma Kevin—. No se trató solo del resultado, sino de todo el proceso que hubo detrás. Fueron meses de práctica constante, de organizar mis tiempos entre los estudios, el fútbol y los entrenamientos”.
“Poder ver a tu hijo desarrollarse en el área que le apasiona es un regalo”, sostiene Estrella Valenzuela, madre del joven.
La preparación para el Panamericano fue intensa y marcada por la disciplina. A pesar de los días donde la motivación escaseaba, Kevin se mantuvo firme en su rutina. Su clave fue la organización: planificó cada jornada para equilibrar estudios y deporte sin dejar espacio a la improvisación.
Claudio Maureira, padre de Kevin, destaca con orgullo la perseverancia de su hijo: “Kevin es una persona que se esfuerza mucho, trabaja intensamente día a día para alcanzar sus metas”. Para él, ver a su hijo representando a Chile en competencias internacionales ha sido un motivo de orgullo.
Kevin reflexiona sobre el valor del esfuerzo y la perseverancia: “Cuando uno practica y lucha por algo con todo lo que tiene, siempre termina acercándose a ese objetivo”. Para él, los logros no se miden solo en medallas sino en el camino recorrido.
A pesar de su exigente rutina deportiva y académica, Kevin no piensa detenerse. El taekwondo le ha enseñado disciplina y resiliencia: “Si algo no sale bien, se vuelve a intentar. Esa es la lección más grande que me deja este camino”.
Fuente: Redgol RedSport






































