Costas en Racing: cábalas, intimidad y obsesión por la Libertadores
"Cuando ya no esté, sólo quiero que me recuerden como un hincha de Racing. Lo más importante es Racing, sea quien sea el técnico". Una descripción sobre Gustavo Costas amerita contar, en primer término, que nunca antes en la historia del club de Avellaneda (y quizá de otros también) se vio un entrenador tan fanático del equipo que dirige y con una demostración acorde a ello.
A diferencia de sus anteriores dos ciclos, su regreso fue disruptivo en el fútbol argentino, sin atisbos de reparos en asumir que pueden convivir en él su rol de DT y la pasión por los colores. En otros tiempos tal vez le costaba separar, hoy ya no se esfuerza en eso. Tampoco hay interferencias en esa dualidad. Y mal no le fue al semifinalista de la Copa Libertadores, a la espera de la ida de este miércoles ante Flamengo en el legendario estadio Maracaná.
De 62 años, es el hincha que cumplió el sueño de jugar con ese escudo en el pecho, que pudo ponerse el buzo de técnico, ser campeón como jugador en la Supercopa de 1988 y como conductor en las últimas dos competencias internacionales: la Copa Sudamericana de 2024 y la Recopa de este 2025. Representa a la tribuna, fue el reflejo de largos sufrimientos de la Academia, de poner el pecho en las malas, muy malas. Y ahora, desde hace un año, es la cara de la gloria.
"No vine para competir en las Copas, vine a ganarlas", puso la vara altísima apenas volvió al club. Sonó, para muchos, como una declaración propia de alguien que buscaba diferenciarse de Fernando Gago, el antecesor que a menudo hablaba de "competir" y eso caía mal en los académicos. Su corazón caliente al servicio de Racing, más la experiencia futbolística que cosechó de su extensa trayectoria, izaron la bandera de su amado club en lo más alto a nivel internacional.
Costas le inyectó a Racing una mentalidad ganadora en las Copas. Le dio voracidad y esto se tradujo en el respeto que se ganó la Academia en el plano continental, como el mejor representante argentino en ese ámbito desde 2024 a esta parte.
Esa locura, como su propia fe, mueve montañas. Vive por y para Racing. La frase, aunque trillada, encaja perfecta en Costas. Hace lo que sea, lo que esté a su alcance en pos de ganar. Lo que cree que puede ayudarlo a conseguirlo. Y se deja llevar por el sentimiento. Corre al costado del campo de juego casi al ritmo de sus laterales o extremos. Canta canciones de la tribuna. Salta. Eléctrico, sacude sus brazos, uno de ellos, el izquierdo muy particular por una malformación que tiene su historia.
"Cuando era chiquito me caí de un tanque sobre un ladrillo que había en el pasto. Me pusieron un yeso mal. Se podía operar, pero mis viejos no tenían un mango y me dejaron así, je", contó hace poco.
Detrás de ese volcán en erupción cada vez que juega Racing hay cábalas y costumbres. Apenas llega al Cilindro, a metros del ingreso por un pasillo, toca una virgen a su derecha. En el vestuario, antes de salir a la cancha, lo ven besar una y otra vez a una de sus medallitas.
Nunca le faltan en el bolso las estampitas religiosas del Santo El Señor de los Milagros, alguna receptora también reiterados besos al igual que un rosario que lleva siempre. Es un ritual sagrado. De aquel Santo que también lo acompaña en un pin que coloca en su chomba se hizo devoto durante su ciclo inicial en Alianza Lima Perú 2003 cuando conquistó su primer título como entrenador.
A la vestimenta la repite ante sucesivos buenos resultados como otra costumbre es ser el primero sentarse banco junto Pepi Bercsé (un sus ayudantes con buzo colgado sobre espalda) hijos Gonzalo (asistente) Federico (preparador físico). Apenas unos segundos dura sentado. Sale eyectado segundos iniciado juegos grita camina trota corre... Les protesta árbitros veces manera desmedida si Acadé juega Cilindro jugadores ya saben salir cancha tienen prohibido siquiera rozar escudo Racing instalado césped.
En materia restricciones no permite color rojo parte dirigidos familia amigos casi mismo nivel zozobra jugada peligrosa contra DT vivió instante vio alguien durante concentración comer gelatina tonalidad capaz pedirles empelados hotel quitaran postre cercanía mesa dejaran gustos otros colores.... "No come morrón ni tomate fuimos restaurante había sillas rojas quedó parado", contó desopilante Turco García ex compañero.
Previo cada partido fundamentales suelen aparecer videos muestran cenas familiares cantando Racing decoraciones siempre académicas. Gustavito hijo cuando bebé estaba inquieto entonaba letras Racing calmaba. También antesala cruces decisivos guarda todo plantel hotel Pilar más dos días antelación tener todo plantel compenetrado causa seguramente reiterará recta final hacia revancha contra Flamengo Cilindro miércoles 29 será refuerzo más habitualmente umbrales competencias.
Jugadores confirman cómo mantiene constantemente motivados frases estilo "¿en qué estás pensando" carteles pegados dentro vestuario incluso mandado colgar pasacalles inmediaciones Cilindro palabras incentivadoras Costas relación excelente jugadores. De cercanía notoria hizo querer ellos generó natural compromiso mayor hacia él. En ese ida vuelta está muy encima soldados cada día después entrenamientos queda hablando dos tres jugadores elige según necesidades anímicas futbolísticas considere.
Fue Mascota equipo José Pizzutti ganó todo aquella imagen brazos Juan Carlos Rulli días reversionó secuencia simpática emotiva DT esta vez alzó brazos leyenda hoy con 88 años. La 1967 primera única Libertadores ganó Racing "Daría vida ganar otra Libertadores dijo hay creerle.
Fuente: Olé Deporte Internacional