Operativo traslados hinchas River al Allianz Parque
La ansiedad está latente. Se siente tanto como la confianza. Se escucha. Hasta se digitaliza en las postales de redes sociales. Los alrededores del Pacaembú, allí donde Corinthians escribió parte de su historia en Brasil, se transforman en un territorio anexo a Núñez.
Desde las 15, los hinchas de River que sortearon con fortuna las inclemencias del tráfico de San Pablo se congregaron en ese punto de reunión. El señalado para salir, en caravana de micros y post requisas policiales, hacia el Allianz Parque.
“¿Por que hay esperanza? Por el Muñeco, por el equipo que tiene que ser el héroe y por la gente”, le responde a Olé uno de los fanas que viajó desde Buenos Aires. Las banderas van desde un trapo XL de Gallardo made in Cipolletti hasta otros tradicionales de localidades bonaerenses.
El hit de “esos colores que llevás” retumba en los escalones de las gradas del Estadio Municipal Paulo Machado de Carvalho, en plena remodelación: cuando finalicen será el Mercado Libre Arena. “Soy de River, soy de River”, se hacen escuchar por los pasillos internos los que van subiendo las escaleras. Un rato de fiesta, previa, fernet y algún pancho o paty comprado en los puestos oportunamente colocados.
Los organismos de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires y sus pares paulistas, además de la Policía Militar y Civil locales, coincidieron en que el Pacaembú, a 2,8 kilómetros de la sede de la revancha, era el lugar indicado para que aquellos fanáticos con entrada se juntaran. Todo pensando en un traslado más ordenado, a través de buses, y evitando situaciones tensas en los alrededores del estadio.
La mecánica se repetirá para el regreso: los hinchas de River podrán retirarse del Allianz Parque directamente al Pacaembú a través de colectivos que se estacionarán en el playón del Municipal. Y desde ahí emprender el retorno a los alojamientos o a sus vehículos particulares.
Para reforzar la logística y reducir los riesgos de aglomeraciones en los portones del Allianz Parque, además, la organización comunicó que las puertas estarán abiertas cuatro horas antes del partido.
Un dato clave considerando que los traslados dentro de la ciudad suelen ser bastante tediosos por el enorme flujo de tránsito -a punto tal que quienes cuentan con recursos hasta vuelan en helicóptero.
Pero en esta zona paulista lo que vuela es la ilusión. Hay fe. Y ganas y esperanza.
Fuente: Olé Deporte Internacional