Leyenda del tenis irlandés en Wimbledon condenado en Isla del Diablo
El torneo de Wimbledon, reconocido por su tradición y elegancia, esconde historias oscuras entre sus glorias. Una de ellas involucra a Vere St. Leger Goold, un noble irlandés que alcanzó la cima del tenis en el siglo XIX, pero cuyo destino se vio marcado por la tragedia y el crimen.
En 1879, Goold se convirtió en el primer irlandés en llegar a una final en Wimbledon, conocida entonces como la "All-Comers Final". A pesar de perder ante John Hartley, su talento quedó grabado en la historia del deporte. Ese mismo año se coronó campeón del Abierto de Irlanda y también destacaba como boxeador aficionado.
Sin embargo, su ascenso meteórico fue seguido por una caída igualmente vertiginosa. Aproximadamente dos años después, abandonó el tenis para sumergirse en el alcohol y las drogas. En 1891, huyendo de sus deudas, emigró a Canadá y contrajo matrimonio con Marie Giraudin, una francesa con quien planeaba enriquecerse en los casinos de Montecarlo.
La historia dio un giro siniestro cuando Goold y su esposa fueron implicados en el asesinato y desmembramiento de una rica sueca llamada Emma Levin. Las pruebas encontradas en su habitación del hotel los señalaban como los responsables del crimen atroz.
Ambos fueron declarados culpables, condenando a Marie a cadena perpetua y enviando a Goold a la Isla del Diablo en la Guayana Francesa. Esta isla servía como colonia penal para prisioneros considerados peligrosos o políticamente inconvenientes, caracterizada por sus condiciones brutales, aislamiento extremo y castigos ejemplares.
Inclemente ante las condiciones inhumanas de la prisión, Vere St. Leger Goold decidió quitarse la vida en 1909, poniendo fin a una vida marcada por el éxito deportivo y la tragedia criminal.